Los adolescentes o niños se acostumbran a la bollería industrial, la pastelería, etc., más que a la familia, por la falta de tiempo en casa, exceso de trabajo y hace que los hijos tengan problemas de obesidad.
En la mayoría de los casos no hay ningún adulto que se encargue de ellos, después de un día de trabajo, y le pregunten qué han hecho, cómo se lo han pasado...
Estos aspectos psicológicos contribuyen a esta enfermedad, asociada en algunos casos al manejo de la ansiedad. Los niños y los adolescentes tratan de tranquilizarse comiendo, porque eso "alivia insatisfacciones, entretiene la cabeza o elimina pensamientos que no gustan e inquietudes que hacen sufrir".
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