¿POR QUÉ MIENTEN LOS NIÑOS?

Les pedimos que no hagan cosas que nosotros sí hacemos: decir tacos, gritar... En muchos lugares se encuentran con la mentira (televisión, calle...)

Los hijos han podido decirnos la verdad sobre un hecho, pero los hemos castigado porque no nos pareció bien lo que hicieron, con lo que pueden aprender a mentir para evitar el castigo.

Decir la verdad resulta lo adecuado, aunque la mentira puede estar justificada en algunos casos: cuando se usa para protegerse o para proteger a otros; o cuando decir la verdad puede suponer poner las cosas peor.

Las mentiras de manipulación para sacar beneficios no resultan aceptables.
Las mentiras de los niños suelen ser de protección o para cubrir alguna necesidad. Por lo tanto, nos están indicando que tras las mentiras hay algo a resolver: miedo, desconfianza, reclamar atención o que precisan jugar con los amigos más que hacer sus tareas.

Nos interesa saber la cuestión de la mentira, para ello va bien no dramatizar, crear un clima de comunicación y de confianza, y poner en práctica las orientaciones y los recursos requeridos para cada caso.
Trás saber el motivo de la mentira hay un gran trabajo que realizar.

Entonces, nosotras llegamos a la conclusión de que los adolescentes o también los niños, mienten aunque a veces decimos la verdad pero nos castigan por haberlo hecho mal, y eso es una situación de falta de atención por parte de los padres, porque así se puede mentir más y desconfiar.